Los
medios de comunicación nos han llevado a pensar que las sectas son
exclusivamente grupos que incitan a sus miembros a suicidios colectivos o que
llevan a sus adeptos a realizar actividades inmorales y/o ilegales como la prostitución
y las han llamado sectas destructivas, pero no sólo estos grupos pueden ser
denominados así.
Cualquier grupo que se sirva de técnicas encubiertas y engañosas para
captar a sus adeptos; que destruya la personalidad, la libertad y la capacidad
de pensar controlándolos psicológica y físicamente; que “obliga” a romper los
lazos familiares y sociales, que aconseja ocultar la pertenencia al grupo
sobretodo a los menores de edad... puede
considerarse una secta destructiva aunque las actividades de sus miembros no
puedan ser consideradas inmorales ni ilegales. De hecho estas últimas
son una minoría frente a ese otro tipo de grupos que de forma más discreta van
captando adeptos para beneficio económico de unos pocos o para difundir ideas
de corte esotérico, trascendente o incluso político.
Aunque
potencialmente todos somos posibles objetivos de las sectas, los más jóvenes
por sus especiales características constituyen el grupo de más fácil captación:
son más idealistas, quieren cambiar la sociedad y dar sentido a su vida, se
sienten incomprendidos, no tienen opiniones formadas, necesitan respuestas, las
soluciones de sus padres no les satisfacen y carecen de criterios y experiencia
para darse cuenta de que los manipulan.
Las
técnicas de captación utilizadas por estos grupos pueden ser las relaciones
personales, las actividades tapadera o los reclutadores encubiertos. Relaciones
personales: Conocidos, compañeros, personas con las que no te unía una
especial amistad establecen contigo relaciones de amistad, confianza,
complicidad que acaban llevándote a una determinada organización: personas
recién llegadas a un nuevo ambiente –barrio, colegio, etc.-, o personas tímidas
que tienen dificultades para relacionarse encuentran una o varias personas que
se convierten en amigos atentos que les ayudan y están pendientes de sus
necesidades. Actividades tapadera: Ocupaciones u ofertas para
desarrollar una determinada actividad aunque el verdadero fin es captarte para
un grupo, fin que por supuesto permanece oculto: técnicas de estudio,
relajación, psicología. Actividades de tiempo libre: excursiones, campamentos,
fiestas, visitas culturales. Actividades relacionadas con temas filosóficos,
ocultismo, culturas perdidas. Centros de estudio: academias, clases
particulares o repasos. Actividades relacionadas con la solidaridad, la
caridad, los drogadictos, los necesitados.... Reclutadores encubiertos: Personas
que desde su puesto de trabajo se aprovechan de su situación para captar:
docentes que invitan a sus alumnos a actividades que nada tienen que ver con su
trabajo, abogados que sacan partido de situaciones emocionalmente complicadas
como una separación...
No hay que
vivir en la alarma constante pero sí es conveniente que nosotros y nuestros
hijos tengamos presentes unas precauciones básicas. Si se realiza algún tipo de
actividad formativa, de tiempo libre, de atención a los necesitados, o del tipo
que sea hay que informarse bien de quien la organiza y preferir grupos, instituciones o asociaciones conocidas. Si no las
conoces pregunta a personas que no tengan que ver con ese grupo: de quién se
trata, a qué se dedica, cuál es su finalidad, su organización, su sede, etc.
Busca varias fuentes de información.
No hay que
fiarse si a través de una actividad con un fin determinado como dar unas clases
de matemáticas se acaba hablando con un señor sobre el sentido de la vida, el
bien, etc-; si una nueva amistad o una persona aprovecha su situación laboral o
su cargo para ponerte en relación con algún
grupo. Desconfía si te piden que ocultes algo a tu familia o a tus amigos
“porque ellos no te van a comprender”, si tras el nombre oficial de los
organizadores detectas otro grupo "oculto" que no sale demasiado a la
luz, si te presionan con constantes llamadas o visitas para asistir a actos y
reuniones o si las posiciones que defienden "son sin duda las
verdaderas" y no se está abierto a crítica.
Si en
cualquier situación sospechas que de alguna forma estás en relación con una
secta, "huye" lo más rápido posible, la curiosidad puede llevarte a
formar parte de él. Informa a tus padres y a tus amigos para que no se acerquen
a ese grupo, y si realizan actividades
ilegales haz la denuncia correspondiente.
“Fui a una conferencia
y luego nos prepararon una merienda, era gente muy simpática. Yo tenía
15 años. Quedamos para un partido y ahí surgió todo” Ex miembro de un grupo sectario.
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