jueves, 2 de febrero de 2012

MÁS BACHILLERATO, ¿MÁS CALIDAD?

El cambio estrella que el Partido Popular ha propuesto en el tema de educación -o al menos el primero que nos ha llegado- ha sido el de aumentar los cursos de bachillerato a tres modificando el último año de escolarización obligatoria y recuperando así la idea que ya propuso en el documento "Propuesta del PP para un pacto por la reforma y mejora de la educación en España que presento en 2010.

Falta todavía conocer los detalles de este proyecto, así como si va a ir acompañado de otros cambios en secundaria; pero a la vista de lo ya conocido se pueden hacer las primeras consideraciones.

Si sólo se modifica el número de los cursos de bachillerato y no se introducen cambios significativos en los tres primeros cursos de la ESO, estamos consagrando el fracaso de la enseñanza obligatoria hasta tercero, apañamos algunas salidas para eliminar de las valoraciones los términos “fracaso” o “abandono escolar” y a partir de aquí, ya lo arreglaremos en bachillerato. Con lo cual, en lugar de buscar una enseñanza de mayor calidad para toda la población, se persigue mejorar la calidad de una parte: la que curse estos estudios de bachillerato, devaluando así la enseñanza obligatoria y desechando el capital humano que dejará los estudios o los continuará en los ciclos medios.

Los cambios en el sistema educativo no pueden estar pensados exclusivamente en función de los alumnos que llegan a estudios superiores. Hay que tener muy en cuenta que la enseñanza obligatoria va dirigida a toda la población y que tiene que sentar unas bases sólidas en todos los ciudadanos, bases que individual y colectivamente suponen una mejora en todos los ámbitos de la vida social, -incluido el económico-,y bases en las que se puede fundamentar un bachillerato de calidad.

Además, dependiendo de como se plantee el currículo, el cambio puede no ser tan significativo. Tal como están diseñados los itinerarios de cuarto, todos los alumnos de los itinerarios con mayor dificultad cursan después bachillerato. Con lo cual en la práctica, la mayoría de alumnos que estarían en la vía encaminada al bachiller son los mismos que ahora cursan estos itinerarios y por lo tanto tendrán el mismo nivel.

En el caso de la vía pensada para los alumnos que no van a seguir estudiando o que lo harán en ciclos medios, pueden darse dos situaciones: que se mantengan las mismas materias o que se modifique el currículo y se sustituyan las materias teóricas por otras de carácter más práctico.

En el primer caso estaremos más o menos en la misma situación que se da en la actualidad en los itinerarios considerados más sencillos. El segundo, constituiría una importante novedad de más calado, un cambio significativo del currículo actual que en la práctica vendría a ser acortar en un año lo que ahora entendemos como enseñanza obligatoria. En cualquier caso, aumentar a tres los cursos de bachillerato sería una medida realmente positiva si no fuera insuficiente y no estuviera mal planteada. Insuficiente porque no afronta el tema de la educación obligatoria y mal planteada porque lo hace solapándose a cuarto y no añadiendo realmente un curso más.

Los sistemas educativos pueden orientarse en tres direcciones: conseguir una población que sólo se preocupe por cubrir sus necesidades básicas, comprar para satisfacer sus necesidades creadas y ver un partido del siglo cada quince días; formar a buenos técnicos preparados para una economía competitiva o fomentar a la persona en su conjunto potenciando sus capacidades racionales, críticas, emocionales...

Tendremos que pensar qué queremos conseguir; que es mejor para cada uno, para la sociedad en su conjunto y que muchas veces, lo barato sale caro.