Hace unos días una alumna de cuarto de primaria conversaba con una amiga de tercero, le preguntaba
si sabía que era la Constitución, le contaba que la estaban estudiando en clase
y que a ella le daba risa. Que según su profesor, la Constitución decía que
todos teníamos derecho al trabajo y a una vivienda pero que luego salía en la
tele que la policía echaba a la gente de sus casas.
Por una parte creo que desde hace ya un tiempo, la capacidad educativa de la escuela se ha sobrevalorado en detrimento de la familia y de la sociedad en su conjunto, y creo que la escuela se ha convertido en una especie de islote al margen de una realidad muy diferente e incluso contraria a lo que en ella se enseña: solidaridad, ecología, educación para la paz, educación para la salud, etc.. Pero ahora hemos dado otra vuelta de tuerca y lo que se enseña en la escuela además, da risa.
Por una parte creo que desde hace ya un tiempo, la capacidad educativa de la escuela se ha sobrevalorado en detrimento de la familia y de la sociedad en su conjunto, y creo que la escuela se ha convertido en una especie de islote al margen de una realidad muy diferente e incluso contraria a lo que en ella se enseña: solidaridad, ecología, educación para la paz, educación para la salud, etc.. Pero ahora hemos dado otra vuelta de tuerca y lo que se enseña en la escuela además, da risa.
En
cuanto a lo más concreto, que a una niña de diez años la Constitución le de
risa puede ser el caldo de cultivo para que se convierta en una adolescente que
piense que la Constitución es innecesaria, sustituible por un grupo que
garantice la ley y el orden. Y que lo
que en la escuela le enseñan le parezca ridículo en relación a la realidad que
vive, le quita a la escuela todo el poder educativo que pudiera tener.
Quizá
ahora tengamos que tener más en cuenta que nunca el famoso proverbio africano:
“Para educar a un niño es necesaria la tribu entera”-la sociedad en su
totalidad-. Porque ahora, estos niños que parecen no enterarse de lo que ocurre
a su alrededor, están recibiendo de la tribu mensajes especialmente negativos.
Sería
conveniente poner sobre la mesa el temario oculto que "nuestra tribu"
está trasmitiendo en este proceso educativo.
Tema
1. En caso de amenaza hay que sacrificar a los más débiles.
De
la misma forma que en el mundo animal cuando una manada de antílopes es atacada
por un león, los antílopes más viejos o enfermos quedan atrás y son devorados
por los leones salvándose así los más fuertes. Cuando la sociedad es atacada
por una fiera –llámese crisis- también se sacrifica a los más débiles para que
los más fuertes sobrevivan.
Tema
2. Los valores y principios, la dignidad humana, son poses políticamente
correctas pero supeditadas al beneficio económico.
Muchos
de los que antes se consideraban y autoproclamaban defensores y portavoces de
los principios fundamentales que constituían la base de nuestra cultura,
denunciaban la grave crisis de valores que estaba dinamitando nuestra sociedad
y reclamaban la recuperación de los valores cristianos, son los mismos que
ahora niegan por ejemplo la asistencia sanitaria a quienes por “puro placer”
han llegado en pateras para no morirse de hambre en sus países. Atender a los
necesitados ya no debe ser tan valioso.
Tema
3. Nunca hay que asumir responsabilidades, la culpa siempre es de otro.
Inversiones
suicidas, gestiones desastrosas, corrupciones a diestro y siniestro... nadie
dimite, nadie se va por voluntad propia, nadie asume las culpas, las
responsabilidades se van pasando de unos a otros hasta que se les pierde la
pista.
Tema
4. Nunca se participa en movimientos sociales o reivindicativos.
Con
casi seis millones de parados, el 29,5 de los pensionistas cobrando menos de
600 euros, los salarios bajando, la precariedad laboral subiendo, toda una
generación sin futuro, familias jóvenes volviendo a vivir con los abuelos, cada
vez más niños cuya única comida es la del comedor escolar... y los movimientos
sociales siguen siendo minoritarios, mirados con recelo y tachados de
marginales.
Quizá
tengamos suerte y estos niños educados en nuestra tribu se conviertan en
jóvenes objetores, insumisos frente a estos contenidos que les estamos
transmitiendo.