martes, 9 de diciembre de 2014

POLÍTICA SOBRE DROGAS Y PREVENCIÓN.

¿LEGALIZAMOS LAS DROGAS?
Desde hace ya tiempo nos van llegando reivindicaciones de diversos grupos que reclaman la legalización de las drogas no sólo para uso terapéutico sino también para su uso lúdico. Esta reivindicación que hace un tiempo era propia de grupos muy minoritarios ha ido tomando cada vez más fuerza en todo el mundo y ha conseguido que algunos países o estados hayan despenalizado su consumo.
Para nosotros, es especialmente significativa la legislación holandesa: por ser un país europeo y porque la regulación que de hecho legaliza el consumo – aunque realmente no lo ha legalizado- tiene ya cierta antigüedad, 1976. Últimamente Uruguay y los estados de Washington y Colorado se han sumado a la despenalización de posesión y consumo de pequeñas cantidades y tanto California como Florida están en ese proceso.
Los detractores insisten en sus aspectos negativos y sus defensores alegan que no es peor que el consumo de alcohol o tabaco.
Existen muchas opiniones al respecto pero pocos estudios serios. Prácticamente el estudio sólo puede tener en consideración un país en el que la ley tenga el suficiente recorrido: Holanda, y como en muchos  casos con los mismo datos las interpretaciones son contrarias.
Según “American Journal of Public Health”  -Revista Panamericana de Salud Pública que fue votada como uno de las 100 revistas más influyentes en la biología y la medicina en los últimos 100 años-, tras el cambio legislativo en Holanda se produjo un ascenso del consumo de marihuana en este país. Pero en estos mismo años, en países del entorno como Bélgica, Francia o Alemania, también se produjo un ascenso similar manteniendo una legislación prohibitiva. Para unos, esto significa que la tolerancia legislativa no aumenta el consumo y para otros que las medidas legales deben de ser más duras porque según estos datos parece que acceder a la marihuana es igual de fácil si está prohibida que si no.
En este polémico contexto la  Comisión de Líderes Mundiales formada entre otros por Kofi Annan, Mario Vargas Llosa, George P. Shultz -ex Secretario de Estado de los Estados Unidos-, Marion Caspers-Merk -ex Secretaria de Estado en el Ministerio Federal de Salud de Alemania- ; además de ex presidentes de Brasil, México, Suiza… abogan por un cambio de modelo en la política mundial sobre las drogas y en líneas generales recomiendan reformas sustanciales en la prohibición mundial de estos estupefacientes.
Según esta comisión, cuarenta años después de que se lanzara la “guerra a las drogas”, esta política ha resultado ineficaz: la oferta y el  consumo ha seguido aumentando al mismo tiempo que la violencia, el crimen y la corrupción relacionada con esta prohibición también han crecido.
En un primer paso –dicen los miembros de esta Comisión- hay que acabar con la criminalización y marginación tanto de consumidores que no hacen ningún daño a terceros como de campesinos, correos y pequeños vendedores que en la mayoría de los casos se ven forzados por las circunstancias u obligados por los cárteles a realizar estas tareas. Al mismo tiempo, animan a los gobiernos a que se experimenten con modelos como el de la regulación legal del cannabis y de otras drogas para acabar con el crimen organizado, aumentar la seguridad ciudadana y para que las autoridades sanitarias controlen el producto que se comercializa.
En algunos países europeos –entre ellos España- y en otros como  Canadá y Australia, el consumo se trata más como un problema de salud que como un problema criminal. Y esto –según Ruth Dreifuss, ex presidenta suiza- ha traído “grandes beneficios tanto humanos como sociales”, por lo cual hay que cambiar las convenciones internacionales sobre el control de drogas para que sigan esta dirección porque la política actual deja el tema de las drogas en manos del crimen organizado, lo cual ha causado grandes daños: la política de “guerra a las drogas” debe ser sustituida por ineficaz.
Insisten también en la inversión en actividades preventivas, especialmente en las dirigidas a grupos de riesgo y en las dirigidas a personas que ya consumen para que esto no les lleve a males mayores. Pero su propuesta más polémica es la de la transformación del régimen mundial de prohibición de drogas – no sólo las consideradas blandas-.
Los escollos con los que se encuentran estas propuestas son importantes. En primer lugar la mayoría de la población no apoya esta legalización, en segundo nadie sabe realmente cuales serían las consecuencias y en tercero, estas políticas deberían adoptarse en todos los países cambiando las convenciones internacionales, cosa que prácticamente parece imposible.
Una prevención eficaz , una desmitificación del uso de la droga como elemento de rebeldía o “buen rollo” e impedir que los adolescentes puedan acceder a su compra con la facilidad que ahora tienen, son cuestiones fundamentales que no se pueden olvidar.