jueves, 28 de junio de 2018

ENSEÑANZAS ARTÍSTICAS: DESCONOCIDAS O DESPRECIADAS.

Cuando usted va a comprar un cuento para sus hijos, seguramente no se conformará con unas ilustraciones hechas de cualquier manera o mil veces repetidas. Eligiendo su móvil no se le irán los ojos a modelos tipo “ladrillo”, sino que llamarán su atención los modelos que se distinguen por sus innovaciones estéticas. Y seguro que para ese teléfono, le gustarán las aplicaciones que sean atractivas además de útiles.
Es muy posible que también le gusten las producciones cinematográficas con sus ambientes recreados o inventados, que valore la escenografía de las obras de teatro y que se sorprenda con las innovaciones en el mundo de la animación en películas o en publicidad.
Quizá no se haya parado a pensar por qué un cartel publicitario llama su atención y otro no, o por qué un folleto lo tira directamente a la basura mientras que otro “hace” que usted se ponga a leerlo.
Quizá no se haya dado cuenta de que la silla en la que está sentado, el tenedor y el plato con el se come los macarrones, el botón de su lavadora o el jarrón de su cuarto de estar tienen un “no se qué” que les hace diferentes. Incluso es posible que sea fan de las camisetas con serigrafías originales, creativas… o que se sorprenda por la calidad gráfica de los videojuegos que ya parecen más películas que juegos.
Probablemente quiera que sus hijos aprendan a disfrutar de las portadas románicas, de los cuadros del Greco, de Picasso o de las esculturas de Chillida. Es posible, que valore la restauración que se ha hecho de la iglesia de su pueblo o de la imagen de la Virgen que estaba tan deteriorada.
Puede que usted -como muchos otros- piense que el bachillerato artístico es un bachillerato para malos estudiantes que hacen grafitis o, como me decía una madre con gran disgusto, le gustaría que su hijo hiciera un bachillerato decente y que no se empeñara en hacer el de artes. También puede ser que usted -como muchos otros- piense que las enseñanzas artísticas son para gente que se pone en sanfermines a hacer caricaturas en el Paseo de Sarasate. Y puede ser también que estén equivocados.
Aunque resulte paradójico, en nuestra vida cotidiana valoramos multitud de aspectos relacionados con la belleza artística, con el diseño, con la utilidad hecha bella, al mismo tiempo que sin embargo, o no consideramos estos estudios como una formación seria, o simplemente desconocemos que exista una formación específica que canalice las aptitudes artísticas de nuestros hijos y los convierta en profesionales relacionados con las enseñanzas artísticas. Incluso, lo que es más grave, puede que en su propio centro le hayan dicho que es una pena que con esas notas se dedique al arte.
Muchos alumnos están ahora en fechas de elegir su futuro y puede que el futuro de alguno de ellos esté relacionado con el mundo de la comunicación gráfica y audiovisual para prensa y publicidad, con  editoriales o estudios de diseño. Puede que su vocación esté en la las productoras de cine o la televisión, en desarrollo de aplicaciones, videojuegos o páginas web. En el mundo de la decoración, el interiorismo o el diseño de productos, la restauración de bienes culturales, la ilustración de cuentos para niños o en la producción teatral, televisiva, cinematográfica, publicitaria, turística…
Ocupaciones todas ellas que exigen aptitudes, esfuerzo, trabajo y dedicación similares a otros estudios más conocidos y más valorados.
Los desconocidos o despreciados estudios artísticos ofrecen titulaciones similares a las de otros campos profesionales -incluidas titulaciones superiores equivalentes a los niveles universitarios- y  tienen un futuro laboral similar a la media de otras titulaciones. En su contra, tienen el desconocimiento o el desprecio de quienes los consideran una cosa para bohemios sin oficio ni beneficio poco digna para sus hijos.
“Quitad de los corazones el amor por lo bello, y habréis quitado todo el encanto a la vida.” Jean Jacques Rousseau.


No hay comentarios:

Publicar un comentario