Son fenómenos pendulares aquellos en los que vamos pasando de un extremo a otro, en los que como reacción por ejemplo a una sociedad excesivamente autoritaria pasamos a otra excesivamente tolerante y viceversa.
El péndulo sigue su marcha mientras alguien sigue
alimentándolo, si pierde el impulso va quedando en el centro.
En el tema educativo estas últimas décadas hemos estado
inmersos en un proceso pendular. Primero como clara reacción a la educación
tradicional y luego como respuesta al otro extremo.
El péndulo ha ido yendo y viniendo: memoria si o memoria
no, aprender por decreto o según las necesidades de cada alumno, haced sólo lo
que digo o haced lo que os dé la gana… movimiento que ahora da la impresión va
siendo menos extremo y se va centrando.
Por otra parte parece ser que estamos inmersos en una
época de pactos, pactos que esperemos lleguen a
leyes y modelos educativos, se
mantengan al menos una generación y sean capaces de centrar este péndulo.
Si por fin dejamos de impulsarlo y nos centramos en el
término medio, tendremos que ser capaces de combinar lo bueno del pasado con lo
que ahora es necesario y también bueno, ya que el contexto social y con él nuestros
alumnos han cambiado: ni ellos son iguales a los de hace años, ni es igual su
mundo, ni son iguales las necesidades que la nueva sociedad demanda. Ni todo lo
anterior es malo.
Al hilo de este tema, van apareciendo propuestas que intentan
encontrar la centralidad y que intentan hacer aplicable y compresible por
ejemplo eso de enseñar a aprender.
José Antonio Marina -además de otras cuestiones- ha
propuesto algunos puntos fundamentales de lo que debiera ser la nueva educación
situándose en un punto que busca el equilibrio entre formas y maneras de
siempre y los nuevos retos del presente y del futuro. Para Marina hay dos
cuestiones fundamentales a las que hay que responder: el acceso a internet como
base de datos en detrimento de la memoria y una sociedad en constante cambio.
El cúmulo de datos que puedo encontrar en la red ha
colaborado de forma fundamental al menosprecio de la memoria: “para qué lo voy
a aprender de memoria si está en internet”, y por extensión ha colaborado al
menosprecio del conocimiento en general: “qué falta me hace saberlo si en un
momento lo encuentro”.
Sin embargo esto no es posible sin tener una base, una
estructura mental construida a base de conocimientos, argumentos y principios
con la que ir a buscar para saber discriminar, para que la información no sea
un cúmulo de datos inconexos sino elementos que se integran en una estructura
que les da sentido. Esta base no me la encuentro construida en ninguna web, soy
yo el que la tengo que crear poniendo en colaboración todas mis aptitudes incluida
la memoria.
¿Memoria si o memoria no? Una nueva forma de utilizar
esta capacidad distinguiendo qué es necesario memorizar y qué es innecesario.
Otro reto y necesidad de la enseñanza actual es
transmitir el hábito y las habilidades necesarias para adaptarnos a una
realidad que cambia continuamente y a una gran velocidad. Antes, la formación
adquirida en la juventud habilitaba a los profesionales para prácticamente toda
su vida laboral, en la actualidad cada cinco años se producen cambios
importantes que transforman de forma significativa las herramientas de trabajo
y la vida cotidiana.
Paradójico, pero tenemos que enseñar a desaprender: desaprender
lo aprendido para aprender de nuevo y saber responder con eficacia a los
cambios. Tenemos que trasmitir inquietud y disposición continua para renovarse
“o morir”.
¿Enseñar conocimientos de forma cuasi dogmática o como
una especie de aprendizaje light, de juego eterno? Ni una ni otra. Una nueva
forma de aprender que al mismo tiempo que trasmite unos conocimientos basados
en hechos trasmite esa actitud de constante revisión, de no aferrarme
indisolublemente a lo que tengo porque lo que tengo, sólo es válido mientras la
realidad se mantiene igual. Y la realidad, como hemos visto, cambia
rápidamente.
¿Datos y más datos o “competencias” puramente formales
separadas del aprendizaje de
“historias”? Un término medio: habilidades y disposiciones que sólo se aprenden
en relación a los contenidos de las materias.
Si nos tomamos en serio estas necesidades, no podemos
quedarnos exclusivamente en un BOE y luego “sálvese quien pueda”. Ningún cambio
puede realizarse sin la formación adecuada para los profesionales que la vamos
a llevar a cabo y sin que se den las condiciones necesarias para su aplicación.
Ningún cambio de esta índole puede realizarse sin una mínima visión de futuro,
sin olvidarse de las siglas de cada uno y de las siglas del contrario, sin
buscar el bien común y no el del color de mi logo.
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